Tipos de Sistemas de Gestión de Calidad
SISTEMA DE GESTIÓN DE CALIDAD
Sistemas normalizados: se utilizan de ejemplo para normas establecidas y códigos y prácticas acordados, como la certificación según normas ISO. La norma ISO 9001 establece los requisitos de un SGC completo y ofrece orientación a las organizaciones que desean implementar o mejorar su estrategia de gestión de la calidad.
Gestión de la calidad total (GCT): la GCT es una filosofía de gestión enfocada en la satisfacción del cliente a través de la participación activa de toda la plantilla. Su objetivo es apoyar la mejora continua de la calidad en todos los niveles y funciones empresariales.
Gestión ajustada: las ineficiencias pueden dar lugar a desperdicios innecesarios. La gestión ajustada se esfuerza por maximizar el valor para el cliente a la vez que minimiza los desperdicios utilizando herramientas como los mapas de flujo de valor, que ayudan a afinar los procesos de una organización para lograr una eficiencia óptima.
Seis Sigma: aunque la perfección es casi imposible de alcanzar, su búsqueda sigue mereciendo la pena. Seis Sigma utiliza técnicas basadas en datos para producir productos y servicios casi perfectos, con una tasa de defectos de 3,4 por cada millón de oportunidades. Aunque no es perfecto, se acerca bastante.
Viaje a la excelencia
El desarrollo de un sistema de gestión de la calidad eficaz no se produce de la noche a la mañana, sino que requiere una planificación y ejecución meticulosas. Entonces ¿cuáles son algunos de los pasos clave para el éxito de una organización que comienza su andadura con su SGC?
Garantizar el compromiso de los líderes: el desarrollo de un SGC requiere una alineación a nivel ejecutivo.
Documentar los procesos: identificar y documentar exhaustivamente los procedimientos asociados a los procesos de calidad existentes.
Definir métricas: deben determinarse unas métricas de seguimiento del rendimiento para garantizar que cumplen los requisitos del SGC.
Capacitación: todos los empleados necesitarán formación inicial y continua para comprender y comprometerse con el SGC.
Auditorías: las autoauditorías periódicas de los procesos y procedimientos garantizarán su cumplimiento y aplicación efectiva.
Revisar el rendimiento del sistema: evaluar periódicamente el rendimiento del sistema para introducir las mejoras necesarias.
Es importante señalar que, si bien los pasos descritos anteriormente proporcionan una visión general de alto nivel, la creación y el mantenimiento de un SGC eficaz requiere un esfuerzo y un compromiso considerables en múltiples áreas de una organización.